Yesica en el MNAC. Cuenta un portal de noticias que una web de contactos publicita los servicios de una chica como escort con unas imágenes en las que aparece en la sala oval del Museo Nacional de Arte de Cataluña (¡qué menudo juego dan las Salas ovales, coño!)
Visto lo visto, parece que la cultura vuelve a ser la solución a los problemas de Barcelona. ¿Putas en la Rambla? ¡Calla, al Museo!
El problema es que puede ser un arma de doble filo y inducirnos al error. ¿Cómo debemos interpretar si el MNAC anuncia una exposición que reza: Robert, capa? Y si se decantan por una colección sobre la obra de Rubens, ¿cómo la presentarán? ¿Gorditas cariñosas? ¿Qué tal una muestra Sorolla, dotado? Lo peor será justificar en casa que has pasado la tarde en el Museo o que a tí el arte te desahoga. En fín, que si ya era peliagudo confundir churras con merinas, peor será mezclar chorras con Meninas.
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