Ni ósculos ni toqueteos. Al tren se sube rápido y se viene besuqueado de casa. Así lo han dedidido las autoridades de la estación de tren de Warrington Bank Quay en Cheshire, United Kindom. ¿Que por qué? Para evitar la aglomeración de gente. Haced la prueba. Uno se da un lengüetazo con la parienta y asoman 25 cabezas. La abuela indignada, la adolescente envidiosa, el viejete pajillero y el niñato que lo graba con el móvil. Es la condición humana. Nos siguen llamando la atención las pruebas efusivas de amor. Lo que llamamos efecto mirón que provoca retenciones en los accidentes de tráfico o el virus sardinas en lata que nos apiña en la playa. Los ingleses ya han encontrado la solución. Habilitarán una zona especial en la estación para despedidas que promete ser Sodoma y Gomorra. Se recomienda que sea del tamaño de un estadio de fútbol para albergar a las parejas y a sus voyeurs correspondientes.
Maleni, ¡toma nota!
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