El director del diario AS Alfredo Relaño siempre gozó de un tono ecuánime, sosegado y crítico cuando hablaba de fútbol, especialmente cuando hacía las veces de comentarista en la radio. Seguramente fue en tiempos en los que Madrid y Barça alternaban triunfos. Ahora, todo eso, ha cambiado. Sea por la crisis del papel, la presión que ejercen los datos de ventas que arroja la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) o porque ya ningún periodista esconde la camiseta que enfunda. De un tiempo a esta parte Relaño sólo habla de fútbol cuando se refiere al Real Madrid. El Barça, en cambio, está instalado en el compadreo de la Federación y el favor arbitral (eso que llaman Villarato), y gana por decreto. Como en tiempos del dictador, vaya.
Relaño se ha puesto el traje de vendedor de humo que es el camino más corto hacia la desinformación. Y lo ha conseguido. Entre el merengue ya ha cuajado la idea de que ese equipo que ha ganado 6 títulos lo hizo bajo el signo de la fortuna y la ayuda de despacho. Según esta visión Valdés sí, para, pero jamás será Casillas; Alves y Abidal son vespinos, Puyol y Piqué, asesinos a sueldo, Xavi y Iniesta sólo juegan bien en la selección; El otro centrocampista de turno, un asaltacunas, y de los tres de delante, salvamos a Messi y el resto, siempre están en fuera de juego o maquinando un atentado a escala mundial.
En definitiva es una buena forma para justificar que tu equipo no llega y una estrategia válida como cualquier otra para que hablen de ti, aunque sea mal. Un legado de los tiempos de Jiménez Losantos cuando, aunque costara tragar, te ibas caliente al trabajo.
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