sábado, 23 de julio de 2011

El jefe siempre tiene la razón

Recientemente el alcalde de Cantón (China) se pulió en una carrera popular a más de 2.000 competidores experimentados . Un detalle: doce días antes no sabía nadar. Se presentó con manguitos a la prueba y cruzó 800 metros del Río Perla, uno de los más contaminados del país, en segundo lugar. Curiosamente sólo fue superado por un pez algo más gordo, el secretario del Partido Comunista Chino de la misma ciudad. 
Dice un profesor de la universidad de Cantón que todo fue un show político y parte de una tradición. La de hacer cualquier cosa para que tus superiores brillen más que tú. 

Aquí pasa algo parecido. Lo importante es tener contento al jefe. Presuntamente se le agasaja con regalos (pongamos unos trajes) para que, presuntamente, te adjudiquen la organización de sus pesebres que hagan de tu vida una continua Navidad. Mientras te sale bien eres 'el amiguito del alma'. Y si sale mal, tú pringas pero él tiene las de perder. Puede admitirlo y continuar siendo el jefe (mal visto). O renunciar y ya dirán en el juzgado. Esto último es más digno, donde vas a parar. La renuncia es una heroicidad y el jefe del jefe sabrá convertirle en un oportuno mártir. Un muerto viviente que no salpique.

1 comentario:

C. dijo...

Ei! Ben vist (i escrit).