El más difícil todavía. Sólo ZP podía resucitar a un muerto. Aquel 20 N del 75 descorchó muchas botellas de champán y lamentablemente, también hizo derramar muchas lágrimas. Hoy o a esta hora, ayer, el primer ministro de España, el de la ceja, ha conseguido revivir la efeméride. ¿Una argucia política? ¿Una última maniobra con muy mala leche contra los adversarios más nostálgicos? El caso es que un 20 de noviembre también vio morir a José Antonio Primo de Rivera, Luis Cernuda, Leon Tolstoi, pero también vio nacer a la bailarina rusa Plisetskaia, Pelé marcó su gol número 1.000 y lo mejor, nació Bo Derek. Si a Rubalcaba le sale bien la jugada, será un 10, como la mujer perfecta.
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