martes, 27 de enero de 2009

Funcionario's real life

La peste bubónica. El tifus. La malaria. La gonorrea. La gripe aviar... Son un imán. Los funcionarios (en especial los de la enseñanza pública) son capaces de coger cualquier cosa. ¿Qué buscan la legionela? El profe te la encuentra. ¿Que hay que ir a la caza del mal de las vacas locas? Ahí está el maestro de turno ojo avizor. El peaje, eso sí, suele ser muy caro. Si un mortal cualquiera está tres días de baja y cuando vuelve le han echado, el funcionario se tira tres semanas a cuerpo de rey. Al final, ni se conocen entre ellos. Ahí está, por ejemplo, ese resuelto profesor que vuelve semana y media después de la baja y pregunta: ¿Y tú de quien eres? Soy la sustituta de la sustituta de la sustituta de matemáticas.
Pese a todo, que no haya escarnio. Dedican sus venas llenas de sangre a mostrar el buen camino a nuestros muchachos. Algunos de ellos no lo lograrán. Otros sí. Los que lo consigan se harán funcionarios.

2 comentarios:

Tiquismiquis dijo...

Detecto una ración de envidia (sana o insana, depende del tercero) en el post. ¿Cuándo opositas?

Unknown dijo...

La envidia siempre es insana. Hay que reconocer el esfuerzo efímero del que busca el descanso eterno. Y bien pagado, claro. Yo no voy por ahí. Ni en correos ni en la poli me quieren. ¡Mierda!